εδακρυσεν ο ιησους
Refutando a la escuela de Huntington
El modelo de desarrollo es el que imponen las condiciones actuales, y así ha sido y será siempre. El asunto de la energía, que es indispensable para el desarrollo, no es solucionable a menos que se descubran fuentes como la fusión nuclear, o cualquier otra forma de generarla. Tal vez alguna ya se ha descubierto y no se quiera pone en marcha, por la disfunción política que se produciría en el planeta.
Que se puede parar la tala de la selva amazónica, y que se puede evitar la desertización es obvio, pero eso entra dentro de la utopía de la humanidad que solo es eso. Utopía.
Si el ser humano fuera razonable, educado y desprendido de egoísmo, todo estaría solucionado. Así se concebía en los primeros capítulos del libro de Génesis.
Desdichadamente, no es así. El clima y las necesidades han hecho mucho por que el desarrollo se efectúe razonablemente bien, o de forma desastrosa. En los países de clima frío, el trabajo y el orden han sido primordiales, y eso les ha llevado a la inventiva y a la prosperidad.
Nadie duda de que si cualquier país europeo o EE.UU., (por ejemplo), se hicieran cargo de cualquier país que vegeta en la miseria, (a pesar de que puede beneficiarse de muchos adelantos técnicos), harían en él una transformación espectacular.
Den Almería a los holandeses, alemanes, o a otros países organizados, y verán como hacen de ella un hermoso paraíso. Orden, racionalidad y civismo, presidiría la estancia de cualquiera que estuviera viviendo en semejante actual semidesierto.
Es cierto que nadie puede ir a un sitio, a beneficiarlo por que sí. Eso lo hacen los personajes que, estando imbuidos excepcionalmente de cualidades altruistas, lo hacen de forma aislada. De otra manera los demás también lo hacen, y desde luego por interés o ambición. Si no, se quedan en sus casas cómodas, y sin grandes complicaciones.
La tierna y adorable utopía de Huntington, es compartida por cualquiera medianamente dotado de buenos sentimientos, pero no es posible en las actuales circunstancias, por la condición humana, y las condiciones políticas. Solo hay que imaginarse el descubrimiento de una fuente de energía inagotable y sin límites de potencia, que haría instantáneamente un enorme destrozo político y humano, tan pronto como fuera conocida.
No se puede concebir a países como Arabia, Kuwait, Irak, sin disponer de los ingresos del petróleo. Ruinas enormes por hundimiento de las petroleras, y un desconcierto mundial de imprevisibles consecuencias.
Así que la marcha de la humanidad seguirá, como los huevos de los pulpos, dejando a la intemperie millones de ellos, para que puedan vivir los que queden. Por eso, la naturaleza es tan pródiga y abundante en la reproducción.
Hablar de abismos de pobreza y riqueza, no es más que describir una situación que no puede repararse de ninguna manera, nada más que con el adelanto técnico que será necesario en cada momento. Y no es de descartar crisis terribles, para que la humanidad dé un paso significativo adelante.
La colonización fue perversa, como no podía ser de otra manera, pero a su modo, aportaba formas de vida y de progreso bastante aceptables. Hoy hay muchos países descolonizados que quieren avanzar en el camino del progreso material, pero basándose en un nulo progreso mental o, muchas veces, en un retroceso moral y una entrega casi incondicional a la demagogia y a la manipulación.
Esta manipulación también actua en los países más civilizados, y la corrupción se nota más en los países ricos que en los pobres, por las cifras que se barajan en cada caso que se descubre. Salud pública no comporta solamente la salud individual, con ser tan importante, sino salud moral o cívica, que tan decisiva es en la otra forma de salud.
Un comerciante en un país caribeño, quiso arreglar a fondo una calle en un lugar que había comprado para poner un comercio de los muchos que poseía. Como era europeo, no logró que nadie pusiera de su parte un esfuerzo personal, a pesar de que la calle beneficiaba a todos y era un foco insalubre, pues en ella se hacían todas las necesidades fisiológicas. El ponía la dirección de la obra y los materiales y ellos, solo su esfuerzo personal ya que estaban desocupados.
Tuvo que contratar un equipo de trabajo en Europa, y algunos materiales que no encontraba en el lugar. En dos meses puso accesos y rústicos retretes que desaguaban en una alcantarilla central, y hasta puso una depuradora, cosa que nunca nadie había pensado en aquella calle, ni en aquella ciudad.
¿Estamos acusando a las gentes a las que su mentalidad no les permitía sujetarse a una disciplina de trabajo, y a una confianza a lo que era patente? De ninguna forma. ¡Tantos van a explotar situaciones de pobreza y marginalidad! Pero si aquel europeo no hubiese tenido la ambición de ganar dinero en la tienda que pensaba montar, y montó posteriormente, las obras no se hubiesen hecho y el emprendedor forastero se habría marchado a otro lugar que, este lugar sí, hubiese tenido los servicios que los primeros despreciaron, y que al fin se pudo hacer.
Por otra parte fue posible gracias a los intereses del comerciante, pero se hizo. De otra forma se hubiese dejado a los lugareños con sus propios problemas que, naturalmente, les producían enfermedades por insalubridad y desempleo, entre otras muchas carencias derivadas de su falta de interés por mejorar. Tal vez pensaran que era humillante prestarse a trabajar (para su propio bien), pensando que los engañaban. No obstante contemplamos que en esas latitudes, (y ya en estas) cualquier pico de oro puede llegar a lo más alto. Y lo primero que hace (la historia dixit) es “forrarse” y lo que venga detrás no le importa, por que tal “pico de oro” personalmente, ha obtenido lo que pretendía. Y así en un círculo vicioso de dictaduras de una clase, para caer en dictaduras de otra condición.
Así que hablar de Fondo Monetario Internacional que presta, y tiene que condonar las deudas que han servido para enriquecer a los tribunos bien-parlantes, es superfluo, lo diga Huntigton, o quien lo diga. Solo el trabajo, el orden, y la disciplina, pueden redimir a esos países.
Sin esa condición, todo lo que se hable de conservación del planeta, solo es un toque animoso, pero baladí, de lo que solo la necesidad y los destrozos harán hacer al ser humano, que es como es. Cambien al hombre y la creación entera será redimida. Y solo existe una forma de cambiarlo.
Y todos sabemos como. Pero eso no lo queremos. Así que....
Rafael Marañón - 1985
Condensado de la Conferencia en Plaza de los Campos